La “Momia Mas Bella” La pequeña Rosalía Lombardo

Desde hace muchos años la sociedad interpreta la muerte de un “bebe”, “niño o niña” de manera muy triste, teniendo en cuenta que el simple hecho de escuchar la palabra muerte o hablar del tema genera mucho tabo, miedo, respeto, tristeza, etc , etc.. Pero al saber que fallece un pequeño, pues se siente más aquel sentimiento de tristeza y desolación, sin embargo LA BELLA DURMIENTE, como fue apodada la niña de origen SICILIANO, que falleció a la edad de aproximadamente dos años de edad, por consecuencias de una epidemia de gripe en la época (1920) de una NEUMONIA y que por supuesto a los padres de la pequeña ROSALIA LOMBARDO, les impacto de una manera desconsolada, es allí donde el padre de ella, le pide a uno de los químicos más conocidos de la época el doctor ALFREDO SALAFIA, que por favor le realice el procedimiento de embalsamamiento, pues no querían que su pequeña hija fuese olvidada…

El doctor ALFREDO SALAFIA, procede hacer el respectivo procedimiento de embalsamar a la pequeña niña, conforme a su innovadora y duradera técnica, pero él no contaba que una vez momificado el cuerpo iba conservarse de una manera sorprendente, 90 años después de su muerte fue observada y lo que observaron fue increíble, muchos dicen que es obra de su pureza como “angel”, pues esta pequeña niña permanecía en tal grado de compostura y belleza que fue apodada “ LA MOMIA MAS BELLA DEL MUNDO”, allí estaba su rostro completo, sin ninguna marca de descomposición, sin ningún defecto a simple vista, era tan natural que muchos observadores iniciales indicaban que era ver una “muñeca”.

De esta manera podemos observar que desde hace muchos años el arte de embalsamar es realmente una profesión que se debe de reconocer y respetar, existen muchas personas expertas en esta profesión que hacen un trabajo magnifico, tanto así que se obtienen resultados agradables.

Se desconoce la formula exacta con la que el doctor ALFREDO SALAFIA, le inyecto a la pequeña ROSALIA, sin embargo, el cuaderno de notas de ALFREDO SALAFIA, el procedimiento que empleó se detalla a través de una inyección de un compuesto ácido salicílico, que acaba con los hongos; sales de zinc, para que el exterior permanezca rígido; alcohol, para secar; y formalina, para eliminar las bacterias. Finalmente, trataba la piel con glicerina, de modo que no resulte excesivamente seca.